Hace poco veía un anuncio de quinoa, que hablaba de como los astronautas la llevaban al espacio, desde hace décadas. Ya sabían que este ingrediente tiene las mejores propiedades y esta dentro de la categoría de los denominados superalimentos, el único de origen vegetal que contiene todos los aminoácidos esenciales, oligoelementos y vitaminas.
Siempre he pensado que los astronautas y cosmonautas se alimentaban de pequeños tubos de una supermasa insípida, al estilo del de la película «soylent green«. Metidos en sus pequeños habitáculos, como si fueran hamsters.
Pero ya era hora de que la ignorancia sobre este tema cesara y empecé a investigar. ¿Llevarían acaso chuletones deshidratados, que al meterlos en un microondas espacial se expandieran a un tamaño digno de los asados argentinos? Pues evidentemente no.
Y es que además la comida espacial, como todos los menús, ha evolucionado. Aunque la idea principal es la misma, un menú lo más ligero posible que supla todos los nutrientes y vitaminas necesarios para subsistir.
El primero que se dio un paseo espacial fue Yuri Gagarin en 1961 en el Vostok I, y se ventiló tres tubos de 160gr (parecidos a los de dentífrico) que llevaban puré de carne o salsa de chocolate. Más tarde su compatriota Gherman Titov, más delicado de estómago, es recordado en ser el primero en vomitar en el espacio. Seguro que su madre le dio una colleja por avergonzarle ante sus compañeras de bingo.
Tubo de comida como el usado por Yuri Gagarin en el Volsktof I, y que se vendió en una subasta por más de 12.000$
Después vinieron las misiones tripuladas del proyecto de Mercury (1959-1963) para competir con los rusos, y en donde comían unos cubitos de bocado, polvos liofilizados que tenían que rehidratar y de nuevo unos tubos con semilíquidos. Parece que no gustaba el menú, que debía ser algo parecido a un polvorón espacial.
Pastillas de bocado, polvos deshidratados y tubos con líquidos, como los usados en el Mercury
Y como el menú no gustaba y además la nave se les ponía perdida de migas, pues en el Proyecto Gemini (1964-1966) cambiaron. Por ejemplo se abandonó el formato tubo, ya que era muy pesado y se empezaron a usar gelatinas para unificar los ingredientes y que no cayeran migas (no es broma) y es que si se te pone el sofá perdido pues no pasa nada, pero en una nave si pringas el panel de mandos la cosa puede ponerse fea. Anda que no se hubieran reído los rusos si alguna misión hubiera fracasado por esta causa, aunque si lo hubiera hecho seguro que no lo contaron.
Asi que mejoraron los sistemas de rehidratación, y además ampliaron la carta del menú con nuevos platos: cóctel de gambas, pollo con vegetales, púdin de crema y zumo de manzana. Esto ya es otra cosa.
Aun así, a la tripulación del Gemini III no les pareció suficiente y colaron un sandwich de carne, que pillines. Parece que solo les echaron la bronca, pero a George Mueller (administrador adjunto de la NASA) le llamaron desde el congreso para dar explicaciones. Imagino que se acordaría de todas las madres de los astronautas sibaritas.
Y el tema sigue mejorando con las misiones Apolo (1968-1975) con las que se llegaría a la luna en 1969 en el Apolo XI. Aquí ya tenían agua caliente que rehidrataba mejor la comida. Ademas inventaron la «spoon-bowl», unos envases tipo bolsa de plástico con cierre zip (si,sí, de esos que tienes en el congelador) que permitieron comer de una forma más terrenal.
Sistema spoon-bowl que se rehidrata desde una válvula en el lateral derecho.
En 1073-74 comenzaron las largas estancias en el exterior, en la estación espacial estadouneidense Skylab, que contaba frigorífico y congelador y por lo tanto permitía tener alimentos perecederos y congelados. Aquí el menú ya era más variado que el de muchas casas de estudiantes, con 72 posibilidades de las cuales el 15% eran congelados. El coctel de gambas y las galletas de mantequilla eran las comidas favoritas, aunque había otras opciones como derivados de carne o helado.
Las bandejas que usaban mantenían la comida caliente y ademas tenían imanes para que los cubiertos, no se fueran de paseo y sacaran el ojo del de enfrente.
Bandejas de alimentos de la Skylab
Además a los astronautas les pusieron su mesita y sus sillitas en la estación, para que pudieran comer mientras marujeaban y hablaban de football..
Comedor de la Skylab
En 1975 acabando ya la guerra fría, la Nasa y los soviéticos se juntaron en el espacio por primera vez. Un acto simbólico de hermanamiento, muy importante si tenemos en cuenta que la carrera espacial se había usado como arma propagandística. Asi que hicieron un brunch espacial, en el que compartieron comida. Los rusos como no podían llevar vodka (o ya se lo habían bebido) llevaron sus platillos, entre los que no podía faltar caviar del bueno. Y es que la factura tampoco subía ya mucho, si contamos con la gasolina.
¿Quieres saber más? Pues en la próxima entrega hablaré de que es lo que se zampan los astronautas en los tiempos modernos.
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