¿A quién no le gustan las fresas? A nadie, es imposible. Y es que además de estár riquísimas son bonitas y adornan el huerto.

Lo primero que hay que hacer es saber distinguir entre fresas salvajes (Fragaria vesca) y fresones híbridos (Fragaria x ananassa). Los cuidados son los mismos pero las primeras son pequeñas y además de cultivadas se pueden encontrar de forma silvestre en los bosques, mientras que los segundos sólo existen cultivados, tienen frutos grandes y son muy productivos. Para el huerto a mí me gustan más los fresones porque las fresas salvajes dan un rendimiento muy bajo, aunque tienen un sabor más concentrado.

Si vamos a empezar nuestro cultivo de fresas o fresones podemos comprar las plantas en un vivero y durante los años posteriores la población irá en aumento porque se reproducen solas extendiendo tallos que dan lugar a nuevas plantas.

Forma de cultivo

Se pueden plantar desde inicios de primavera en suelos fértiles pero sin pasarse con abonos porque acabarán dando frutos muy grandes pero de peor calidad. Si nuestro huerto es urbano pueden plantarse también en jardineras colocadas en un lugar soleado; si es sobre suelo directo, en líneas con una separación de 30 centímetros. Normalmente las plantas que se compran están bastante desarrolladas y suelen venir ya con flores, así que empezarán a producir inmediatamente.

La vida de una planta de fresón es de tres años y su producción va en aumento durante su ciclo vital, el primer año dará poco, el segundo más y el tercero será su mejor año. Durante todo este tiempo se habrá reproducido varias veces así que si las cuidamos siempre tendremos plantas jóvenes, de mediana edad y viejas.

Otra cosa que facilita el cultivo es que son muy resistentes al frío, yo tengo el huerto en Soria, donde en invierno se llega sin problemas a los -10ºC, y a pesar de que parecen haber muerto reviven cuando empiezan a mejorar las temperaturas. Lo que suelo hacer es arrancarlas con cuidado pasado el invierno para remover y abonar la tierra y luego las vuelvo a plantar de forma organizada.

Los enemigos de la fresa

Los peores enemigos de los frutos (no de la planta) son la humedad y los pájaros. En cuanto a la humedad lo importante es que los frutos no toquen la tierra porque son atacados por plagas o simplemente se pudren. La manera de evitar que pase esto es colocando unas tablitas de madera de por medio para que no entren en contacto con el sustrato.

Por otra parte ¡A los pájaros les encantan las fresas! Hay que protegerlas con una red, sobre todo si se trata de un huerto en campo abierto, apenas empiecen a madurar serán objetivo de estos «depredadores».

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