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Tiempo elaboración:

200 minutos
Ingredientes
personas
Elaboración
  1. Lo primero que tenemos que hacer es escaldar los tomates en agua hirviendo, con una incisión en forma de cruz en la base, durante 10 segundos y seguidamente los metemos en agua con hielo. Esta operación se hace para poder pelar los tomates con facilidad sin alterar la textura ni el sabor, o lo que es lo mismo sin que comiencen a cocinarse.
  2. Una vez pelados, retiramos el pedúnculo, los cortamos en cuatro trozos longitudinales (de la parte del pedúnculo a la base), retiramos las semillas y toda la parte gelatinosa. Ponemos todos los trozos en un bol y los aliñamos generosamente con sal y aceite de oliva.
  3. Sobre la bandeja del horno ponemos papel vegetal y vamos colocando los trozos, en una sola capa, con la parte de la “piel” hacia arriba. Espolvoreamos con azúcar y tomillo, repartimos los dientes de ajo y los metemos en el horno a 90º durante 3 horas, una vez pasado el tiempo les damos la vuelta y los dejamos dos horas mas, o lo que vayais viendo, ya que quedan trozos mas pequeños, otros mas grandes, la parte del fondo es la que mas calor desprende y se harán antes... id echando un ojo, pero lo importante es que no cojan color, no hay que pasarse con la temperatura.
  4. Una vez hechos, los dejamos enfriar y para conservarlos basta con meterlos en un tarro cubiertos de aceite de oliva en el frigorífico, duran unos tres meses. Ademas podemos aprovechar los ajos asados para hacer una crema de ajo, solo es sacar la pasta de ajo, hacerla pure y mezclarla con aceite de oliva virgen, está buenísima!
Trucos y Consejos

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